lunes, 7 de mayo de 2012

Del rojo al verde, al rojo otra vez.

No sé si os habéis dado cuenta, amados frikiduneros, pero si sois peatones en ciudad probablemente os paséis el 80% del tiempo en unos cacharros alargados con dos cuadraditos con un señor cada uno que se miran de una acera a otra y tres círculos vigilando los coches. Semáforos, creo que se llaman. Pues, aparte de evitar teóricamente los atropellos (hay mucho conductor por ahí con daltonismo) y retrasar tu llegada en al menos minuto y medio por semáforo, estas paradas son sin duda lugar de reflexión. Aquí os dejo la mía del día a día. Versión resumida.




Bufff, con lo tarde que es ya. Y éste es de los que tardan la vida en ponerse verde. Bueno, aprovecho para mandarle un mensajete a ésta a ver si al final hemos quedado o no, porque como espere que ella me lo diga... ¿Y si no puede, qué? Aprovecharé y descanso...



¡¡AL FIN!! CORRE, CORRE, CORRE, LLEGO TARDE. CORRE, CORRE, CORRE, CORRE, CORRE, CORRE, CORRE, CORRE, CORRE, CORRE, CORRE, CORRE.










¡Ale, otra vez! Otros diez minutos esperando. Joder, y si no quiere quedar ¿qué como hoy? ¿Quedan sobras del chino del otro día? No, las acabé anoche. Y no está la cosa para pedir nada, tendré que cocinar. Bueno, me haré unos espaguetti. Buff, pero no tengo tomate. Tendré que pasarme primero a comp...






¡¡¡MIERDA, QUÉ TARDE!!! CORRE, CORRE, CORRE, CORRE, CORRE, CORRE, CORRE, CORRE, CORRE, CORRE, CORRE, CORRE, CORRE, LLEGAS TARDE, CORRE, CORRE, CORRE.







[JURAMENTOS VARIOS EN ARAMEO] Creo que ha sonado el móvil, al menos aprovecho. Ya, lo suponía, no puede comer hoy. Pues nada, aprovecharé para adelantar trabajo. ¡Por Cthulhu! ¿¿¿Ya es día 5??? Pues más vale que me ponga las pilas, el plazo de entrega acaba en dos semanas. Paso de bibliografía, pondré alguno al azar y según vea cómo enfoco el trabaj...







CORRE, CORRE, CORRE, CORRE, CORRE, CORRE, CORRE, CORRE, CORRE, CORRE, CORRE, CORRE, CORRE, SÓLO UN POCO MÁS, CORRE, CORRE, CORRE, CORRE, YA LLEGAS...





Tras un recorrido con veinte o treinta de estos episodios, por fin llego a mi destino. Cuando me recupero físicamente (todo lo que no sea sillónball suele darme taquicardias) y pienso en el camino, sólo una pregunta acude a mi mente:  Venía pensando en algo que debía hacer... ¿Qué narices era?

Y así, queridos hamijos, es como llego siempre tarde, con la lengua fuera y una amnesia sana, de las que borran sucesos escalofriantes para no acabar en un psiquiátrico. Creedme: los semáforos están cargados de mal. Hasta aquí la reflexión inútil del día.